Comenzaré este artículo haciéndote una pregunta: ¿cuál es tu propósito de vida?
Sé que habrá infinidad de posibles reacciones. Desde la clásica: ¡no lo sé!, pasando por la de aquellos que responden genérica y ambiguamente pensando: vivir y ser feliz, hasta los que simplemente dejan de leer, o giran la mirada hacia otro lugar porque la mera pregunta les incomoda. La grandilocuencia de dicha pregunta impone. Nos invita a mirar con perspectiva a nuestra vida, levantando la cabeza de la rutina que nos engulle.
Cada Ser humano tiene un propósito en la vida que está aguardando a ser descubierto y manifestado.
¿Es el propósito de vida ser feliz?
Cuando partimos de la hipótesis de que el ser humano sufre y no es continuamente feliz, quizás “ser feliz” se convierta en un propósito. Sin embargo, la verdadera condición natural del ser humano es felicidad y paz, no es algo que tengamos que buscar y conseguir, sino que ya lo tenemos.
¿Qué nos aleja entonces de ser verdaderamente felices cada día? La respuesta es sencilla, el ego.
Esto nos lleva a que el objetivo en la vida podría ser: aprender a transcender al ego.
Ello conllevaría:
- Profundizar en uno mismo, en nuestro propio autoconocimiento.
- Aprender a distinguir entre quien somos de verdad y qué es nuestro ego.
- Discernir cómo se comporta nuestro ego a través de los pensamientos y creencias.
Al dar el paso de querer mirar hacia dentro en lugar de hacia fuera de uno mismo, comenzamos a ver con mayor claridad nuestras luces y sombras.
En este camino de autoconocimiento, nos damos cuenta de que las emociones, sensaciones, los mensajes del corazón y la intuición nos conducen siempre hacia un sitio: la coherencia interna, mientras que nuestra mente condicionada por el ego, nos arrastra en sentido contrario en la mayoría de ocasiones.
¿Cómo nos acerca nuestro corazón, intuición y emociones al propósito de vida?
Todos hemos experimentado intuiciones. Mensajes sutiles y fugaces que nos alertan de que ese no es el camino adecuado, de que eso no nos hará felices, de que algo no va bien. El corazón, encarcelado por el ego para que no sufra, se mantiene en silencio hasta que nos dignamos a sacarle de su prisión y permitirle sentir, lo bueno y lo malo, lo que da placer y lo que produce dolor. Por fin un corazón libre y sin apegos, se alinea a la intuición y a las emociones. Resultado de esa decisión, son la de libertad, paz, alegría interior y amor incondicional.
Si ignoramos a nuestra intuición, dejándonos arrastrar por la inercia del ego y sus miedos, nos desviaremos del camino que nos revela el propósito de nuestra vida.
Las señales de que estamos preparados para conocer nuestro propósito son:
- Se despierta en nosotros la sed de crecimiento personal.
- Conectamos con una fuerza y valentía interior que nos hace atrevernos a romper límites y cuestionarnos todo.
- El foco de nuestra atención se redirige hacia nosotros mismos, con una mirada de curiosidad hacia todo lo que somos.
- Aparece el deseo de dedicarnos tiempo, priorizando lo que nuestro corazón desea.
- Sentimos la necesidad de contribuir en el mundo siendo útiles a la humanidad.
Estar preparados es solo el punto de partida que nos conduce a nuestro propósito.
Después simplemente hay que:
- Estar abiertos.
- Permanecer despiertos a cualquier señal o casualidad.
- Fluir con lo que venga.
- Soltar apegos a los patrones antiguos.
¿Cuál es tu propósito de vida?
Cada propósito es único y personal, sin embargo, tienen puntos en común que debemos destacar y que te ayudarán a encontrar el tuyo:
El propósito de vida está diseñado para que pongas tus talentos al servicio de los demás. Los talentos que tendrás que emplear quizás no sean los obvios que crees tener, sino los que aparecen cuando sales de tu zona de confort. Por lo tanto, el crecimiento personal, te ayudará primero a salir de tu zona de confort y explorar todo tu potencial. No dudes de que tienes talentos, quizás sea comunicar, hacer reír, transmitir paz, crear con las manos o curar con ellas, inspirar motivación, liderar personas….
Te conecta con la pasión y la automotivación. Cuando se vive el propósito de vida, ofreciendo los propios talentos al servicio de los demás, nunca se hace desde la obligación, sino desde la pasión y el disfrute, porque el talento será algo tan natural que no supondrá ningún sacrificio realizarlo. Aquí se alinean, valores, talentos y pasiones unidas para cumplir el propósito.
Busca siempre un bien mayor. Cuando hacemos el bien desinteresadamente, siempre sentimos bienestar. A menos que exista una patología cerebral o mental, es algo que nos ocurre a todos los ser humanos. Cuando damos desinteresadamente o ayudamos a otra persona necesitada sin esperar nada a cambio, nos conectamos con un bienestar más profundo. El propósito de cada persona es buscar ese bien, no solo para uno mismo, sino para todos. Buscar primero el bienestar personal no es un acto egoísta, sino inteligente y necesario para desde ese lugar de paz con uno mismo poder ofrecer lo mejor de nosotros a los demás.
Parte de la generosidad y la capacidad de DAR incondicionalmente. Hay muchas personas que se pasan la vida dando su tiempo, su energía, su vida aparentemente sin esperar nada a cambio. Sin embargo, a la larga se sienten vacías, perdidas, tristes o cargadas de rabia, porque en realidad al dar estaban buscando inconscientemente la aprobación, el cariño, cumplir expectativas de los demás o no ser juzgados.
Para poder DAR incondicionalmente a los demás, primero debemos DARNOS a nosotros mismos todo el AMOR y reconocimiento que merecemos
EL objetivo genuino es despertar la consciencia. La vida es un camino de aprendizaje para transcender al ego y volver a recordar lo que realmente somos: AMOR. La forma de aprender a conseguirlo, y después poder ayudar a otros en su camino, puede tomar diversas formas, pero en esencia, el objetivo es que todos despertemos.
Ahora pregúntate ¿cómo de cerca estás de vivir tu propósito de vida?
Desde ICC, con nuestro programa Master Zip Coaching te ayudamos a saber si el coaching es el medio para conseguir tu propósito de vida, o por el contrario a dar ese primer paso en tu crecimiento personal que te acercará sin duda a descubrirlo.
