Cuando piensas en la humanidad de forma global ¿qué te viene a la mente? A muchas personas, entre las que me incluyo, nos viene el pensamiento de la necesidad de sanar y despertar. El potencial del ser humano está presente en todos nosotros, sin embargo, está ampliamente desperdiciado por adormecernos y dejarnos arrastrar por una sociedad creada desde la incoherencia en muchos aspectos. Quizás si lees este artículo pienses que tú si que estás siendo coherente en tu vida, y ojalá así sea, e inspires a muchas personas a tu alrededor a serlo también, pero creo que todos hemos sido incoherentes en muchas ocasiones. Desde el momento en que decidimos reciclar, pero seguimos consumiendo sin necesitarlo de verdad, hasta cuando le decimos a nuestro hijo que sea valiente y nosotros continuamos en un trabajo que no nos llena por falta de valentía para cambiar.  

¿Qué significa ser coherente? 

En una primera definición, si consideramos al ser humano como la interacción compleja entre 3 cuerpos, el mental el físico y el emocional, ser coherente implicaría que todo lo relacionado con dichos cuerpos fuera en la misma línea. Es decir que pensamiento, emoción y acción estuvieran alienados.  Dicho de otra forma: 

Ser coherente implica que lo que decimos, pensamos, sentimos y hacemos está alineado.

Pero debemos profundizar más en esta definición, porque lo que pensamos tiene muchos matices ya que existe una mente consciente y otra inconsciente, y es precisamente ésta segunda la que controla la mayor parte de nuestro comportamiento basándose en creencias, muchas de ellas limitantes. 

Lo que hacemos y decimos viene guiado en el 95% por nuestra mente inconsciente.

Si los pensamientos y por lo tanto las palabras proceden de una creencia limitante, la emoción que sentiremos, es probable que no esté en coherencia. Por ejemplo: algunas veces hemos podido escuchar: “buff, estoy estresado porque tengo mucho trabajo, pero que no falte, que eso es buena señal”.  ¿Estamos siendo coherentes en esta situación? 

Cuando sentimos estrés es porque estamos siendo incoherentes.

Para comprender esto, haré referencia a Simon L. Dolan, escritor y Doctor en Recursos Humanos y Psicología del trabajo.  Realizó su tesis doctoral estudiando la relación entre el estrés y los valores, observando que la mayoría de las personas que habían sufrido ataques cardíacos sin antecedentes, era debido al estrés laboral, el cuál procedía de una incoherencia en el sistema de valores. De dicha tesis, elaboró el modelo triaxial de los valores, con el que ICC trabaja a través del coaching por valores. 

Por lo tanto, si sentimos cualquier grado de estrés o nervios, preguntémonos ¿en qué modo estoy siendo incoherente?

Regresando al ejemplo anterior con el trabajo, muchas personas tienen la creencia que el trabajo al ser el medio para ganar dinero y vivir, hay que aceptar lo que venga, aguantarse y resignarse. Esto conduce a personas infelices, amargadas, quemadas, insatisfechas. Sus emociones les están gritando que ese no es el camino. Lo hacen a través del estrés, de dolores de cabeza, de malestar o cansancio, de tristeza etc. Pero en la mayoría de las ocasiones las personas giran la cabeza para no escuchar a su corazón suplicarles que cambien y que vivan de otra forma. Aquí es donde la sociedad cae enferma, porque eligen, sin darse cuenta, mirar hacia otro lado y entrar en la incoherencia con su propio Ser. 

Ser verdaderamente coherentes nos hace felices

¿Cómo ser coherente en la vida? 

Veamos en pasos cómo alcanzar esa coherencia y por lo tanto la serenidad interior y la salud. 

  • Auto-conocerse: ¿cómo vamos a ser coherentes, si no sabemos ni siquiera cuáles son nuestros valores personales? Nuestros auténticos valores personales son los que definen nuestra Esencia, y ellos deben marcar el rumbo y la coherencia en nuestras vidas. Pero en el camino del autoconocimiento, muchas personas ya se rinden antes de comenzar, porque les falta autoestima para elegir liderar su vida. Prefieren dejarse arrastrar por la corriente del entorno, aunque ello signifique sacrificar a su Ser. Afortunadamente esto se puede cambiar a través del empoderamiento, mejorando la autoestima y asumiendo el liderazgo personal.

Para ser coherente debemos conocernos y para ello debemos elegir amarnos.  

  • Escucharse a uno mismo. No sabemos escuchar a los demás, porque no hemos comenzado con nosotros mismos. Escucharse a uno mismo, no significa ser egocéntrico y entretenerse en el propio discurso mental interno, sino mirarse a uno mismo con humildad y ganas de querer reconocer el error para poder remediarlo. Lo que experimentamos en nuestro entorno, es fruto de nuestro mundo interior. Falta mucha consciencia en cómo nos comunicamos, desde qué emoción lo hacemos y en base a qué creencias inconscientes. Y todo ello está influyendo en el comportamiento de nuestro entorno y lo que recibimos de él. Culpamos a los demás de cosas que hemos provocado nosotros mismos con nuestras palabras o el tono con el que las decimos. Cada vez que culpamos y juzgamos estamos siendo incoherentes. 

Escucharse a uno mismo, significa prestar atención plena a los pensamientos, sensaciones y emociones que tenemos, así como a las palabras que decimos

  • Elegir aprender cada segundo. El espíritu de principiante debería regir nuestras vidas. La motivación para conocer, descubrir y mirar todo con curiosidad desde una actitud de agradecimiento, es lo que nos ayuda a cambiar a mejorar y a crecer como personas y como humanidad. La soberbia de creer saber, por el contrario, conduce al estancamiento. Para poder cambiar algo, primero debemos ser conscientes de que hay algo mal, reconocer nuestra debilidad y error con humildad, y querer saber cómo transformarlo. El primer paso para ello es una verdadera escucha de nuestras emociones y pensamientos conectando con el silencio
  • Buscar la paz interior. La condición natural del ser humano es la paz, todo lo que nos saca de ella es el ego y el resultado de su acción. 

Si hay una señal inequívoca de que estamos siendo coherentes es cuando sentimos una profunda paz interior. 

Hay una gran sabiduría en cada uno de nosotros, pero nos desconectamos de ella por diversas causas. Dicha sabiduría nos invita al respeto por todo ser vivo, la naturaleza y todo lo que nos rodea, comenzando por nosotros mismos. Nos alienta a la cooperación y a dar lo mejor de nosotros. Solo cuando nos amamos a nosotros mismos de verdad podemos dar desinteresadamente, y en este acto generoso es donde conectamos con nuestra coherencia interna y pensamos, hablamos, actuamos y sentimos alienados al AMOR. 

En ICC te ayudamos a conocer tus valores personales, a escuchar tus emociones, a conocerte profundamente y así aprender a ser coherente y que ello te conduzca a la verdadera felicidad y paz que todos merecemos. 

Ana Madrazo

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